jueves, 31 de enero de 2013

ENSAYO

El hecho religioso en la Educación Escolar.
Introducción.
El “saber” sobre el hecho religioso en todas sus dimensiones: cultural, social, teológica, histórica, confesional, etc., es una necesidad antropológica y social, porque en él está el fundamento de las distintas cosmovisiones, las respuestas a los interrogantes límites de la existencia, la justificación de muchas de las conductas humanas y, por supuesto, la clave hermenéutica de la vida social, cultural, artística, etc.
El conocimiento del hecho religioso es un componente básico de la formación integral humana.
El estudio de la religión en un marco académico, no teológico, es un fenómeno moderno. Tiene sus raíces en la Ilustración, el desarrollo de las ciencias físicas y culturales y el descubrimiento de otras culturas. Nació dentro de un espíritu de curiosidad intelectual que permitió a los eruditos estudiar la religión desde el punto de vista de un observador, un punto de vista que no era necesariamente religioso ni antirreligioso. La meta fue describir, comparar y explicar la historia y evolución de la religión, su diversidad y su persistencia en todas las culturas.
Al hecho religioso se le reconoce pertinencia en la escuela bajo el siguiente enfoque: las religiones son hechos históricos, sociales, humanos; la religión ha sido y es una posibilidad humana, no una necesidad, mas si una posibilidad muy difundida y relevante; y en esa medida ha de estar en la escuela, cuyo lema debe ser el del “nada de lo humano me es ajeno”. Incluso si se la considerara esencialmente errónea, irracional, nefasta, quedaría que es preciso conocerla y que los alumnos han de ser educados para vivir en un mundo donde hay religiones y para hacerse cargo de una historia y un legado histórico donde las ha habido.
Es obvio pues que la religión, el hecho religioso, ocupa un ancho espacio en la historia de la humanidad. Y lo sigue ocupando en la cultura, en la sociedad secularizada de nuestro tiempo. Es consecuente, pues, que tenga también su espacio en la escuela, en la educación.
 Los argumentos racionales que establecen la necesidad de la enseñanza de la religión en la escuela:
1)- El argumento antropológico: El saber religioso permite ahondar en la complejidad de lo humano, permite aclarar el sentido y la razón de ser de determinadas actividades que constituyen formas de lo humano: el rito, la oración, el sacrificio, el silencio, la acción.
2)- El argumento histórico: La Religión tiene un interés histórico y su conocimiento es fundamental desde una perspectiva meramente inmanente. El conocimiento del saber religioso es fundamental para ahondar en el seno de la propia tradición. Ésta es el vínculo del pasado con el presente. Tradición, simbolismo y educación forman un círculo interpretativo fundamental que la antropología no puede dejar de tener en cuenta.
3)- El argumento cultural: Lo que resulta evidente es que sólo es posible ahondar en el concepto de cultura a partir de su universo simbólico; y el universo simbólico de toda cultura, en un grado y otro, tiene referentes religiosos.
4)- El argumento intercultural: Educar en la pluralidad implica algo más que ceder entre iguales un pequeño espacio a la diferencia: se trata de cambiar nuestra relación con el mundo, con la historia, con el discurso científico. En este marco, el diálogo interreligioso es clave para el diálogo intercultural, pues, en el substrato de toda cultura, moderna o arcaica, subsiste un conjunto de arquetipos y referencias de índole religiosa o pseudo religiosa. Y sólo es posible el diálogo interreligioso a partir del conocimiento de los distintos saberes religiosos.
5)- El argumento sociológico: Sólo es posible comprender los hábitos, los ritos y las formas colectivas de vida desde la referencia explícita o implícita a un universo de valores y de referentes que tienen mucho que ver con la religión y con lo invisible del ser humano. Sólo es posible recuperar plenamente el sentido de las fiestas del calendario a partir del conocimiento del saber religioso y de sus distintas articulaciones históricas.
6)- El argumento lingüístico: El saber religioso se expresa en un lenguaje concreto. El ser humano puede hablar distintos lenguajes. Una de las tareas centrales de la acción educativa es desarrollar el saber religioso y acompañar al educando a comprender el sentido y la riqueza del lenguaje simbólico, mitológico y litúrgico.
7)- El argumento pedagógico: Si la educación tiene como finalidad el desarrollo integral del ser humano, y, si el ser humano es, constitutivamente, animal religioso, ello exige el conocimiento del saber religioso, los instrumentos y los elementos que caracterizan a la experiencia religiosa y a sus distintas traducciones culturales, históricas y lingüísticas.
8)- El argumento metafísico: El ser humano trasciende con su preguntar el orden de lo material, de lo físico, de lo visible y se interroga por el sentido de la existencia, por el sentido de la muerte y del sufrimiento. Es una tarea ineludible de la acción educativa, ayudar a pensar al educando sobre las cuestiones existenciales. Esta no es tarea fácil, pero es ineludible.
Entender el correcto sentido y alcance de la presencia de las religiones y del hecho religioso dentro de la escuela resulta esencial y no sólo para los docentes, que en la enseñanza de sus respectivas materias y en la tutoría del día a día alguna vez se hallarán ante ese tema, sino que contribuye también a esclarecer el lugar de la religión -de la cristiana y de otras- en la sociedad contemporánea democrática, laica y pluralista.
Los fines de la presencia del hecho religioso en la escuela son educativos, no religiosos. Por lo que constituye tema o contenido obligado de la enseñanza escolar, de transmisión de conocimientos y de algún género de aprendizaje por parte de los alumnos. No se puede limitar a transmitir conocimientos.
También, y sobre todo, ha de educar personas, contribuir a formarlas. La finalidad, en suma, es educativa y no religiosa. Ignorar la existencia del hecho religioso y sus incidencias en la vida del hombre y de la sociedad es desconocer la historia de la humanidad y nuestra propia historia de aquí y ahora. No ha existido ninguna etapa de la historia y ningún lugar de la geografía, desde que tenemos indicios de existencia humana, en los que no haya estado presente la religión dando sentido a la existencia y configurando a la misma sociedad.
Por tanto, el hecho religioso puede entrar en la escuela con un fin educativo porque es un hecho humano. Bajo esa luz, es un hecho que “da que pensar”, da que educar. Educar es enseñar a vivir. El ser humano en su existencia histórica es el centro de referencia de unos valores naturales y sobrenaturales que lo configuran.